El trabajo con los sueños es un ejercicio de conexión interna. A través de la escucha de nuestros sueños ponemos atención a lo que pasa adentro, y a lo que pasa afuera. La realidad comienza a tener un tono diferente y la rutina de estar atentos a los sueños nos transforma, nos hace más despiertos a detalles pequeños y a detalles profundos.
Observamos que lo que ocurre en nuestras noches y estados de sueño, no es tan diferente de lo que ocurre durante el día. Todo habla de nosotros. Aprendemos que estar atentos significa también permitirnos en un momento tenernos compasión a nosotros y a los demás, porque no somos perfectos, porque se nos escapan muchas cosas.
Nuestras vidas a veces atraviesan momentos complicados, otras veces están en cierta calma, en general vivimos en un contexto afortunado, sin guerras ni deportaciones, ni hambrunas. Aunque hay violencia, y hay pobreza, y en general estamos rodeados de sufrimiento.
En un momento nos damos cuenta que el sufrimiento está en nuestras mentes, que el pensamiento es el que nos lleva por discursos y vericuetos que generan dolor.
Que somos reactivos a lo que ocurre fuera. Que no somos libres de nosotros mismos.
Que somos estudiantes de primer año casi durante toda nuestra vida, mientras parece que el tiempo se va muy deprisa.
La semana pasada estuvimos hablando de la sombra psíquica, según los presupuestos del psicoanálisis analítico y con la intención de llevarlo a la experiencia de nuestras vidas, para que nos ayude a vivir.
La integración de la sombra es uno de los retos más difíciles. Porque la sombra justamente es la gran negada, todo lo que la rodea está transido de dolor y de ocultamiento.
Si lo que pasa por la noche y lo que pasa por el día es lo mismo, si el inconsciente está siempre al mando, si mi pensamiento es el que me hace sufrir... ¿ y si pudiera aplacarlo? si construyera otra realidad mis sueños cambiarían y mi vida también. Otra realidad interna sería posible, y con ella otra externa también.
Y, cómo trabajo ese sueño, ¿por dónde empiezo?
Como dice el psicólogo cognitivo Jacques Montangero, podemos de partida comenzar por describir el sueño con el mayor número de detalles posible, para luego buscar todos los recuerdos que podamos y tratar en una siguiente fase de dar un sentido al sueño en paralelo a nuestra vida, traduciendo las metáforas y símbolos en frases próximas, en sentidos que se acerquen al vivir. Todo esto lo haremos utilizando el pensamiento convergente, analítico.
Pero también podemos dejar que fluyan imágenes, dibujar, hacer collage, escritura automática, en torno al sueño, y de esta forma se abrirán otras vías a la conexión interna, porque estaremos utilizando el pensamiento divergente, aquel que abraza la creatividad y procura caminos nuevos.
Y cuanta más conciencia pongamos a todo ello, mayor transformación será posible, y los sueños tremebundos como los peores pensamientos podrán ser evacuados o convertidos en algo hermoso.
Ojalá que nos tengamos mucha paciencia para que nuestras vidas se iluminen y con ellas lo que nos rodea también.
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