lunes, 18 de octubre de 2010

Los niños de la sierra dibujan a las botargas


Se celebra la fiesta de la Sierra en Arbancón, en la provincia de Guadalajara. Entre dulzaineros, diversas botargas (personajes carnavalescos que salen por las Águedas y aparecen en diferentes pueblos de la sierra), tiendas con productos de la zona, comida, artesanía... gachas y chocolate, paella popular.
Hay un concurso de dibujo infantil. Participan niños de todas las edades, se apuntan con su nombre, el lugar de procedencia (hay niños llegados de diferentes lugares de la comarca, de Sigüenza a Madrid) y realizan un dibujo de la fiesta: pueden pintar las botargas o algún momento de la fiesta que les haya gustado especialmente...
Pepi me permite fotografiarlos a la vez que me cuenta la situación de la sierra "a nadie le importa la sierra". Me cuenta que se repobló de pinos hace ya muchos años, despreciando el arbolado autóctono.
Los niños realizan sus creaciones con barras de color seca, tipo plastidecor. Abundan las botargas (estas criaturas con caretas asustadoras son especialmente impactantes e interesantes para los niños). Alguna referencia a la iglesia, al pregón, los lugares donde se concentra la fiesta.
Comentamos las edades de los niños y los dibujos que realizan, del garabato al realismo pasando por la edad simbólica.
El premio será una bici que está colgada en la pared junto al chiringuito montado. Se rifará entre los participantes.
El encuentro con la cultura local ayuda a romper los estereotipos y enriquecerse con las tradiciones, que se renuevan generación a generación, compartiendo la identidad del grupo que se reúne y celebra lo que comparten, naturaleza, cultura, historias de vida.



















































miércoles, 13 de octubre de 2010

Sufriendo Bolonia


Este año tengo suerte, disfruto de un sabático. Estoy aprovechando para terminar proyectos de investigación, rematar muchas cosas que tengo a medias, y continuar otros proyectos.
Veo que un año sabático se me va a quedar corto. Ya estábamos sufriendo la realidad de que compatibilizar investigación y docencia cada día se hacía más difícil: pues ahora las cosas solamente parecen empeorar. Con el calendario Bolonio a la española, comenzamos las clases en la segunda semana de septiembre y terminanos avanzado julio. No hay tiempo de parar para que profesores y estudiantes investiguen. La universidad se convierte en una gran guardería, un infantario ¿a quién bebeficia esto?
Me acuerdo cuando era becaria del CSIC, había profesores de la Universidad con los que siempre mantuve colaboración que miraban con cierta "envidia" a los investigadores del CSIC, con todo su tiempo para investigar. A mi me parecía que los profesores universitarios se nutrían de la maravilla que es el contacto con los jóvenes, la tarea docente de la que se aprende muchísimo. Sigo pensando lo mismo, pero de esta forma NO, definitivamente NO. Es imposible compatibilizar investigación y docencia. Cada día las condiciones son peores. Se esperan tutorías imposibles con grupos de 60 estudiantes. ¿Cómo gestionar más de doscientas horas turoriales?  si no hay un sistema de becarios y profesores en formación como en otros lugares de Europa, tiraremos de "honorarios" al más viejo y reconcentrado estilo patrio.
En nuestra área de Educación Artística y después de mucha lucha, se había conseguido el desdoble de grupos, eso significaba tener una ratio que no llegaba a 40 estudiantes por aula. Si ahora desdoblamos, ya no tenemos tiempo para más que ocuparnos (mal) de tantas aulas.
Hablando de aulas no hay aulas para las clases, las facultades se quedan obsoletas, los despachos son espacios atestados, en el mío tres profesores compartiendo. La prelación de poder también se nota, según áreas y facultades, otros tienen un despacho que disfrutan solitos. Pero eso sí en la UAM el Chópin va viento en popa, con un poco de suerte al año que viene lo vamos a disfrutar (sobra decir que todos sus espacios ya están adjudicados).
Luego, el caos, las horas complementarias que no se sabe cómo utilizarlas, constantes desvarajustes, emails y más emails del decanato intentando poner orden y organizar lo que no tiene fácil solución.
Los estudiantes siempre a pagar el pato. La parte más débil.
Luego vas por la ciudad y ves carteles municipales instando "respeta a tu profesor" pero ¿cómo? si el sistema no nos respeta, si nos bajan el sueldo, tardan más de tres años en responder a recursos que presentamos en relación a la solicitud de tramos de investigación, si en movilidad internacional (la tan cacareada y necesaria internacionalización) recortan el presupuesto de viajes en un 40% (es decir que hay que ir con ese recorte en lo que se recibe para el viaje lo que significa poner aun más de tu bolsillo).
Implantan un sistema de acción tutorial para asemejarse a las universidades privadas, y nos endosan unos cuantos estudiantes por año, creo que finalmente saldremos como a 20 estudiantes a los que "acompañar" durante su viaje por la universidad y aconsejarles profesionalmente.
Como es obvio el plan de acción no funciona, ni los estudiantes van a las citas y si van se acabarán convirtiendo en lugares de queja y gacetillas de cotilleo local.
Sí señoras y señores, no tengo una visión muy optimista, tal cual están las cosas, y no es una cuestión de crisis, es un asunto de desmorone y de falta de respeto a todos los implicados en el proceso educativo, también lo es de cobardía y tragaderas de los profesores y gestores, que aceptamos lo inaceptable. ¿Hasta dónde deberán recortar?

lunes, 11 de octubre de 2010

Niños que trabajan

Hoy en el telediario, he escuchado una noticia que me ha dejado pensando. Se trata de un proyecto que se desarrolla en Latinoamérica, en Colombia, La Fundación "Pequeño trabajador" favorece que niños que antes estaban en la calle media jornada al menos, para llevar dinero a su familia, ahora lo ganen a la vez que aprenden una actividad, en la propia escuela, por ejemplo, hacer papel, tarjetas...
Vivimos en un mundo muy complejo, desde hace relativamente poco tiempo en nuestro medio occidental los niños no trabajan. Cuando estaba haciendo el trabajo de campo de mujeres de 0 a 100 años, encontré que algunas de las mayores que cuentan ahora a partir de 60 años, en medios rurales o bien urbanos, tienen relatos de haber comenzado a trabajar de niñas, como Dona Rosa que aprendió con 8 años a hacer flores, y hoy con 90 aun trabaja.
Es un asunto polémico, actualmente de una parte se defiende el derecho de la infancia a ser infancia, y se entiende que los niños no trabajan. Verdaderamente los niños en todas las sociedades han trabajado siempre. Es importante el haber recuperado el derecho del niño a ser educado frente a la explotación de su mano de obra, pero también hay que pensar que es bueno que el niño tome cuenta de su responsabilidad en la sociedad a que pertenece.
Hoy en occidente podemos correr el riesgo de educar a niños que se sienten con el derecho de recibir sin dar nada hasta muy pasados los veinte años, con gran dolor en el fondo para ellos mismos. Mientras algunos psicólogos hablan del síndrome del emperador, y del niño tirano, como fruto de esta contemporaneidad, en otros lugares hay niños que no tienen nada, que se lanzan a la calle a vender bolígrafos o caramelos, sin ninguna protección. Hay que entender el trabajo de la Fundación en contexto, pero creo que también ayuda a reflexionar sobre la forma en que responsabilizamos a nuestros niños que, lo tienen todo, de lo que es crecer en un mundo desigual.
Niñas vendedoras en una plaza cerca de Salvador de Bahía, hace unos años

Vídeo de TVE en la semana de concienciación de la pobreza