Un rincón en mi casa onírica, la habitación onírica, en esa estantería hay cuentos de hadas |
Soy mujer y soy artista, mi trabajo como maestra es un trabajo de creación y aprendizaje.
Vivo cada clase como una aventura, el asunto me acompaña y sigue conmigo los otros días aunque no tengamos clase, porque sigo incubando.
No siempre me siento igual, mis emociones afectan a la clase. También doy importancia a las emociones de mis estudiantes.
Procuro aprender de mis errores.
Me divierto en este trabajo y comparto mi proceso creador como artista, porque aunque no esté siempre relacionado con lo que hago como maestra, yo soy la misma y además soy maestra de educación artística, así que mi práctica como artista me parece algo a compartir con mis estudiantes.
Empecé a trabajar en 1999 en la Universidad Autónoma.
La universidad española te lleva a una inercia de no moverte de tu centro, porque cuando sacas "la plaza" después de muchos años de penalidades académicas (que no con los estudiantes que ese es un camino de vocación y de aprendizaje en otro sentido) el puesto lleva en sí el ancla permanente.
Pero yo soy viajera y me siento extranjera en todas partes.
Desde hace un tiempo aprecio y cultivo sentir que mi casa está donde yo me encuentro.
Aunque por otra parte me gusta vivir en Madrid y en mi casa onírica.
Y es verdad que trabajo sobre todo en ella. Aquí dibujo, pinto, creo, invento, escribo, os leo.
En la universidad son reuniones, gestiones y las clases, que para mi son como os he dicho creación también.
Esta es la clase de maestra que yo soy y que este año vestís cada lunes.
Una maestra que muchas veces sueña con vosotros mis estudiantes.
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