martes, 19 de marzo de 2019

Sillas que amortiguan golpes

Amortiguadores de golpes en la clase de 5 años
La semana pasada visité un colegio de prácticas en Parla, en él está María. María fue mi estudiante en la clase de educación artística hace tres años y este curso soy su tutora de prácticas.
Cuando llegué a la escuela, tuve que amortiguar dentro de mi un golpe.
A la derecha los peces del niño valiente en pequeño
Una profesora que me acompañó al aula de María me explicaba orgullosa que ellos son transparentes y evalúan punto por punto siguiendo el BOE. Y esa información se la transmiten a los padres. En ese momento, me explica, iba a evaluar al niño que llevaba de la mano, una criatura de tres años. Y me dice que tiene problemas y atrasos en el habla. Yo le pregunto si ella comenta algo así delante del niño, me responde que él no se entera.
En un momento que me quedo a solas con él le digo que su habla está perfectamente bien, en ese momento nos miramos los dos profundamente. Duró unos segundos.
Luego en la clase de María, resulta que estaban terminando de trabajar texturas sobre un pez que María había dibujado copiando un dibujo de un cuento. Los niños practicaron las texturas y un valiente dibujó sus propios peces en una esquina. Me quedo de piedra. María tuvo máxima nota conmigo, estoy segura que hablé sobre estereotipos en el aula y de la importancia de la creatividad -justamente ese tema le interesa mucho a María-.
Cuando comentamos luego le digo que me parece normal, aunque me inquiete, porque tenemos esos modelos metidos a fuego en el cuerpo, años y años actuando contra nosotros. María me explica que es que una compañera hizo esta actividad y a los niños les gustó mucho.
Y es que quedó bonito. Es el "abonitamiento" que comentaba Pablo Romero, qué gran término, qué peste para todos nosotros.
En la pared la actividad que tanto gustó, en el sueño lo que acababan de emular los niños de María


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