jueves, 22 de marzo de 2018

En casa del enemigo

Dibujo de Ceija Stojka de su exposición en la Maison Rouge, en París
Ceija Stojka era una mujer austriaca de estirpe gitana, vivía en caravanas con sus padres y hermanos y según sus textos e imágenes, era feliz. Pero llegaron los nazis y terminó en la "casa del enemigo". Sobrevivió a varios campos de concentración y muchos años después, porque salió de los campos siendo una niña, lo relató todo, con poemas, dibujos y pinturas, era autodidacta y era una artista maravillosa. No sé si cuando realizó su obra pensaba en el impacto que tendría para quienes la pudieran ver. Murió hace unos años.
Yolanda Domínguez explicando en Caixa Fórum su trabajo con las galletas
Salí muy estremecida de su retrospectiva en la Maison Rouge y el viernes pasado en la clase con mis estudiantes les mostré algunas imágenes de su obra y aproveché también para poner algún vídeo de pases militares del 3er Reich, para reflexionar que ética y estética, lamentablemente, no van de la mano. Una obra, una acción, una arquitectura, un desfile, etc pueden ser estéticamente poderosos y una aberración ética.
Hoy pude asistir a una charla en el Caixa Forum de Yolanda Domínguez, me interesa mucho su trabajo, también lo comparto con mis estudiantes e incluso practicamos el proyecto "Poses" en un curso.
Hace unos días Yolanda me dejó descolocada porque sacó un fake donde decía que estaba desayunando galletas TostaRica con imágenes de mujeres importantes en la historia. Eso como ella dice es otra forma de entrar "en casa del enemigo", usar las reglas del juego del mercado, ir a fondo en los espacios de la publicidad, de la televisión, los blogs de moda, participar en Telecinco, ale, hasta el fondo. Qué bárbara es Yolanda. Ella es también una artista, trabaja de otra forma, en unos códigos activistas, feministas buscando tener una gran repercusión y llegar a mucha gente.
De mi parte lamento que en la sociedad que tenemos la obra de Ceija Stojka no se haga viral, porque lo que retrata en sus trabajos debería verse, para tomar conciencia, para que no sigamos repitiendo la clave del dolor. La cosa es que de momento, su obra llega a un público muy restringido. Nada de viralidades.
Pero en fin, a mi me inspiran las dos. Soy afortunada.

lunes, 12 de marzo de 2018

La educación artística como puta por rastrojos

Dibujos coloreados para un trabajo de matemáticas realizados por mis estudiantes en mi clase de educación artística
En nuestras clases de educación artística, intento que el ambiente sea lo más fluido posible, generalmente estamos en asamblea, mirando documentos visuales por internet, o haciendo taller y a veces se combinan algunas cosas, podemos también estar bailando... la clase me sorprende a mi misma. 
La cosa es que el pasado viernes me estaba asombrando pero en otro sentido, vi a varias de mis estudiantes coloreando dibujos, algunos muy estereotipados (la foto no corresponde precisamente a los más brutales). No entendía nada, y fue antes de realizar esta foto cuando pregunté. Resulta que son dibujos para un trabajo de matemáticas.
Se me abrieron los ojos como platos. Comprendo. Eso es lo que piensan algunos compañeros de otras asignaturas que es transversalidad, para eso se utiliza la educación artística: para copiar imágenes estereotipadas y colorearlas, que sirvan como ilustración a alguna cosa.
Es tremendo, me sentí muy humillada. Y no debería tomarlo de forma personal, pero claro ¿cómo puedo transmitir a mis estudiantes que educación artística es reflexión, es concepto, que la expresión es un aspecto más en la educación artística y la manualidad lo mismo? 
Toda su historia escolar les mostró lo contrario, que arte es una cuestión de talento reservada a unos escogidos (sobre todo machos) y que lo que se hace en la escuela son manualidades y que debe quedar "bonito". 
Llegan a la universidad, algunos de mis colegas de otras materias usan la educación artística para el dibuja y colorea, y yo esgrimo la cruzada de explicar conceptos, relacionar la educación artística y el arte con el psicoanálisis, la antropología, el simbolismo, el género, la vida de las emociones, la cultura visual... normal no entienden nada, soy la rara en medio de tanta normalidad. Y encima les pido que piensen, que sean críticos, que se cuestionen, que no se queden con la primera idea que se les ocurra cuando se trate de hacer un proyecto en creación artística...
Qué ascazo, me siento como puta por rastrojos.

miércoles, 7 de marzo de 2018

¿Una educación artística feminista mientras trabajamos con Caperucita?

Dibujo de niño de 11 años como Caperucito
Mañana es el día internacional de la mujer: un día para la huelga, de trabajo, cuidados, no consumo, quien pueda hacerla. Parar en lo público y en lo privado.
La palabra feminismo a mucha gente le molesta porque la relaciona con la palabra machismo.
Hay que entender que el feminismo se necesita para compensar una sociedad patriarcal donde lo femenino es visto como inferior y se señala histórica y contemporáneamente en la vida de todas nosotras, mujeres.
Es preciso tomar cuenta que esta sociedad enferma nos daña a todos, hombres y mujeres, aunque ellos tengan privilegios en el espacio público y sean en principio más violentos en el privado (y también muchas veces se escaqueen más de las obligaciones domésticas).
Desde la educación artística tenemos la posibilidad de trabajar las imágenes, la creatividad, los procesos creadores, parte de lo más verdadero y precioso del ser humano. Este sí que es un hermoso privilegio, trabajar ahí.
En la educación artística tenemos la oportunidad de tomar conciencia del sexismo de las imágenes del entorno, la cultura visual tóxica y lo que podemos hacer para tomar conciencia y hacer que las cosas cambien.
También podemos ver la importancia de una educación emocional, y cómo la educación emocional dura toda la vida. Las mujeres en el único lugar en el que tradicionalmente tenemos poder y omnipotencia es en la cría de nuestros hijos, y como les leía a mis estudiantes, Alice Miller describe espeluznantemente la realidad de que sobre los más pequeños, proyectamos todo lo no resuelto, ejercemos violencia de distinto tipo y muchas veces no disfrutamos la maravilla de aprendizaje de estar con estos seres no contaminados, aun, los niños.
Así la violencia se perpetúa, los hijos perdonan a sus madres pero muchas veces sueltan esa miseria sobre sus mujeres.
Dejemos de tratar a los niños como si fueran tontos, de hablarles como si estuviésemos en medio de un dibujo animado. Ejercitemos una revolución de conciencia, feminista, y emocional, empezando por nosotras.

jueves, 1 de marzo de 2018

Una segunda piel para Caperucita


En todas las versiones de Caperucita, llegando hacia el clímax del cuento, Caperucita, ya en la cama con el lobo, comienza a fijarse en el cuerpo de aquel y preguntarle por distintas partes que le resultan extrañas, los ojos, los pelos, los dientes etc...
Propongo que dejemos de fijarnos en la piel del depredador para concentrar la atención en nosotros.
Vamos a escuchar nuestro cuerpo, realizaremos una silueta y en ella construiremos un mapa a base de recuerdos, buenos y malos, de cosas que le pasaron a  nuestro cuerpo, que nos gustan o que nos disgustan.
Y luego, terminada esta cartografía y utilizando la silueta del cuerpo como patrón, vamos a cosernos una nueva piel a partir de fragmentos de telas que nos encanten, porque nos gusten mucho, o porque estén atesorando una memoria preciosa.