miércoles, 7 de marzo de 2018

¿Una educación artística feminista mientras trabajamos con Caperucita?

Dibujo de niño de 11 años como Caperucito
Mañana es el día internacional de la mujer: un día para la huelga, de trabajo, cuidados, no consumo, quien pueda hacerla. Parar en lo público y en lo privado.
La palabra feminismo a mucha gente le molesta porque la relaciona con la palabra machismo.
Hay que entender que el feminismo se necesita para compensar una sociedad patriarcal donde lo femenino es visto como inferior y se señala histórica y contemporáneamente en la vida de todas nosotras, mujeres.
Es preciso tomar cuenta que esta sociedad enferma nos daña a todos, hombres y mujeres, aunque ellos tengan privilegios en el espacio público y sean en principio más violentos en el privado (y también muchas veces se escaqueen más de las obligaciones domésticas).
Desde la educación artística tenemos la posibilidad de trabajar las imágenes, la creatividad, los procesos creadores, parte de lo más verdadero y precioso del ser humano. Este sí que es un hermoso privilegio, trabajar ahí.
En la educación artística tenemos la oportunidad de tomar conciencia del sexismo de las imágenes del entorno, la cultura visual tóxica y lo que podemos hacer para tomar conciencia y hacer que las cosas cambien.
También podemos ver la importancia de una educación emocional, y cómo la educación emocional dura toda la vida. Las mujeres en el único lugar en el que tradicionalmente tenemos poder y omnipotencia es en la cría de nuestros hijos, y como les leía a mis estudiantes, Alice Miller describe espeluznantemente la realidad de que sobre los más pequeños, proyectamos todo lo no resuelto, ejercemos violencia de distinto tipo y muchas veces no disfrutamos la maravilla de aprendizaje de estar con estos seres no contaminados, aun, los niños.
Así la violencia se perpetúa, los hijos perdonan a sus madres pero muchas veces sueltan esa miseria sobre sus mujeres.
Dejemos de tratar a los niños como si fueran tontos, de hablarles como si estuviésemos en medio de un dibujo animado. Ejercitemos una revolución de conciencia, feminista, y emocional, empezando por nosotras.

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