Estoy de acuerdo, la escuela es horrorosa, sobre todo una escuela reglada y posbolonia, donde el estudiante apenas tiene iniciativa y está acostumbrado a estudiar "lo que cae" en el examen. Pero cuidado: fijaros en la musiquita, en cómo termina hablando de fútbol, parece dirigirse a chicos de países en vías de desarrollo que desean una escapatoria de la miseria en forma de milagro fultbolístico, y es cierto, algunos lo consiguen. Con el estado actual de cosas, y aparte el origen africano del protagonista, podría tener rabiosa actualidad entre nosotros, en el actual extraño estado económico de cosas y con el peligro del llamado estado del bienestar y el sistema público de enseñanza, precisamente.
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