Hace unos años pertenecí al equipo decanal de la Facultad de Formación de Profesorado, como vicedecana de Cultura (se llama formalmente Extensión Universitaria) planteé la posibilidad de desarrollar una semana cultural coincidiendo con la temporada de primavera. Como profesora y tutora de prácticas, encontré en mis visitas a centros, semanas culturales desarrolladas con gran esfuerzo del profesorado, en algunos casos, como en la Escola Mediterranea, en Barcelona, eventos muy novedosos, en los que profesores, estudiantes y familias conviven, donde lo interdisciplinar es la tónica, y en otros, eventos estándar, estereotipados, cargados de lugares comunes, donde la educación artística es tomada como decoración prácticamente vacía de contenidos.
Dos años consecutivos emprendimos la aventura de desarrollar una semana cultural diferente: el primer año tratábamos de reflexionar sobre la violencia en general (por desgracia algo tan habitual y tan propio del ser humano, en todas las edades como estamos viendo en el triste caso de Seseña en estos días), el segundo sobre la violencia en los entornos educativos. Diferentes profesionales vinieron a compartir con nosotros, desarrollamos talleres y habitamos la universidad de una forma diferente.
Trataba de ser un acontecimiento un poco al margen de la institución, aun dentro de la misma, una bandera de la posibilidad autogeneradora del grupo (en este caso universitario). Obviamente el sistema lo consume todo, el segundo año ya teníamos créditos de libre, y es lógico, se necesitan...
En 2006 en el hall de la entrada a la Facultad construimos con Estefanía Sanz una instalación "Cuarto de estar- cuarto de gritar" y de esa forma transitamos los espacios habituales sintiendo que nos encontrábamos en un tiempo extraordinario, en la alegría del compartir experiencia. El lema de la semana era ¡pon margaritas en tu pelo!
En el 2007, en el hall se situó la instalación "Jaula- Aula" también como recordatorio, fuera de su contexto de los lugares y los tiempos, de los precios que pagamos, de nuestra libertad de decisión y de la posibilidad de salir o entrar de las distintas cárceles que nos construimos. Tuvimos comidas temáticas, para concienciarnos de cómo afecta lo que comemos, de comida "basura"a vegetariana...
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